Cada vez es más habitual ver a padres que apuntan a sus hijos a clases de yoga. La mayoría de ellos lo hacen sabedores de que, además de una completísima actividad física, es una práctica que les ayuda a desarrollar habilidades de concentración, atención, memoria y relajación.
Y es que la lista de estudios científicos que confirman los muchos e importantes beneficios que esta disciplina milenaria aporta a los más pequeños, tanto a nivel físico como a nivel mental, no deja de ampliarse casi a cada día que pasa.
Es por eso por lo que cada vez más centros ofrecen clases de yoga adaptadas para niños en las que se realizan diferentes ejercicios destinados a mejorar la respiración, la flexibilidad y la conciencia del propio cuerpo.
Así que, si como tantas otras familias, estás interesad@ en conocer más sobre el yoga infantil y el yoga en familia, sigue leyendo.
Beneficios del yoga para niños
Casi todos los estudios apuntan a los 3 años como la edad mínima para el inicio en la práctica del yoga.
Es a partir de esa edad cuando, además de una actividad física de primera, el yoga se revela como una excelente herramienta para ayudarles a canalizar su energía, lidiar con situaciones de dificultad y aumentar sus niveles de confianza y autoestima.
Aunque cada maestrillo de yoga tiene su librillo, casi todas las clases empiezan con un pequeño calentamiento al que le siguen unos primeros ejercicios suaves con movimientos sencillos para, finalmente, buscar algunas posturas o asanas fáciles.
Todo ello, de una forma divertida, ya que el principal objetivo del yoga para niños es que los más pequeños tomen conciencia cuanto antes de la importancia de vincular cuerpo y mente.
Mientras juegan y se divierten, como apuntan diferentes investigaciones sobre el yoga infantil, los niños consiguen:
- Aprender a respirar.
- Fortalecer huesos, músculos y articulaciones.
- Aumentar su flexibilidad.
- Mejorar su equilibrio.
- Incrementar su capacidad de concentración.
- Tomar conciencia de su propio cuerpo.
- Potenciar su capacidad creativa y su imaginación.
- Desarrollar una correcta higiene postural.
- Estimular la circulación sanguínea.
- Agudizar los cinco sentidos.
A estos diez beneficios del yoga para niños hay que sumar otros de carácter social como el compañerismo, ya que muchas de las actividades que se desarrollan en las sesiones de yoga infantil se realizan en pareja.
Posturas de yoga básicas para niños
Aunque el tipo de actividades y la forma de encararlas varía notablemente en función de la edad de los pequeños, en casi todos los cursos infantiles se enseñan las siguientes posturas básicas:
- La postura del perro. Con los pies de puntillas y las caderas levantadas, se inclina el tronco hacia abajo tratando de acercar la cabeza lo máximo posible al suelo. Es fácil y divertida de hacer.
- La postura de la mariposa. Sentado con la espalda recta y juntando las palmas de los pies. Una postura con la que se gana gran flexibilidad en el tren inferior.
- La postura de la montaña. Con el cuerpo erguido, la espalda recta, los pies juntos y los brazos separados 45 grados del tronco. Es una postura ideal para meditar.
- La postura del árbol. De pie, con un pie levantado y apoyado en el muslo y con las manos unidas por encima de la cabeza. Esta postura permite trabajar la concentración y el equilibrio.
- La postura del barco. Sentados, con los brazos estirados hacia adelante, las rodillas levantadas y las piernas en paralelo al suelo. Una postura que se puede hacer a dúo chocando los pies para hacerla más divertida.
- La postura de la tortuga. Sentado, con las piernas extendidas y las manos cogiendo los pies. Otra postura perfecta para trabajar la flexibilidad.
Estas son solo algunas de las posturas de yoga para niños que más se trabajan en las sesiones infantiles y de yoga en familia. La clave, como suelen repetir los profesores de yoga infantil, es adaptar las clases a la realidad de cada niño y hacerlas divertidas para que quieran volver.
¿Cómo encontrar clases de yoga para niños?
A diferencia de lo que ocurre con el yoga para adultos, encontrar clases de yoga para niños no es tan fácil.
En primer lugar, porque, de momento, todavía existe mucha menos demanda de sesiones infantiles que de yoga para adultos.
En segundo lugar, porque, ser profesor de yoga infantil, así como de cualquier otra actividad para niños, exige de unas cualidades especiales.
Y es que, sin un don para los niños, un carácter especialmente afable, grandes dosis paciencia y muchas ganas de introducir a los más pequeños en esta disciplina es imposible atraer su atención y conseguir que aprendan y se diviertan en cada clase.
Por suerte, existen proyectos como TusClasesParticulares que permiten a los padres interesados en las clases de yoga para niños ponerse en contacto con profesores cualificados y experimentados.
Un portal, este, que se encarga de recoger y cribar las propuestas de los profesionales del yoga para ofrecer, únicamente, cursos de yoga infantil probados y de gran calidad.
Así que, si estás buscando clases de yoga para tus hijos o para compartir en familia, echa un vistazo a nuestro buscador, donde podrás filtrar por localidad y elegir entre clases presenciales y online.
Como verás, son muchos los profesores de yoga para niños y adultos que ofrecen la primera clase gratis, por lo que si después de probar no estás del todo convencid@ tendrás la oportunidad de seguir probando hasta que des con el profesor ideal para ti y para tu hij@.
Si pruebas una clase, te lo adelantamos, repetirás.
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