A lo largo de la historia el temperamento ha sido un factor dentro de la personalidad del hombre que ha llamado la atención. Si hacemos un poco de historia, ya en Grecia Empédocles de Agrigento (483/82 a 430 a.C) filósofo y dramaturgo sostuvo que el origen de la materia era la combinación de cuatro elementos irreductibles: agua, tierra, aire y fuego. Dicho autor afirmó que estos elementos tenían cualidades específicas que medían el nivel de calor, el frío, lo seco y la húmedad. Combinados cada uno de ellos, se obtienen como resultado características que se las relacionan con el sujeto.
No obstante, es Hipócrate de Cos (460 a 377 a.C) médico griego quien relacionará estos últimos elementos con aspectos del cuerpo del hombre. Es así que hablará de: sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema. El surgimiento de esta clasificación llamada "Temperamentos" no es casual. Por lo que al hablar de ellos estaremos haciendo referencia al: Sanguíneo, Bilioso, Nervioso y Linfático.
Sin embargo, es Maurice Periot en su libro "Temperamento y personalidad" quien ha logrado llevar e identificar estas características a través de la escritura. Cuando hablamos de Temperamentos nos referimos a esas particularidades que constituyen un conjunto de fenómenos propios de naturaleza emocional, sensibilidad, intencidad y velocidad de respuesta. El estado de humor preponderante fluctuará y dependerá de la estructura constitucional heredada.
Pero, ¿por qué decimos que es importante el temperamento en la grafología? Porque a partir del grafismo es que podemos observar (entre otras cuestiones) rasgos definitivos que hacen al temperamento del sujeto escribiente. Y con ello se puede determinar cuál es el predominante y cuáles son los de presencia.
Con esta información, el grafólogo se encuentra con un "cuadro" totalmente completo para poder comprender la estructura de la psique de esa escritura. El hecho de poder obtener con esta maravillosa herramienta este resultado, hará que el profesional del análisis de la escritura pueda circunscribirlo en el ámbito que requiera según el caso.
Así como es basal en el sujeto, así también lo será para el análisis gráfico que llevará adelante el grafólogo. Identificar el temperamento del sujeto abre puertas a un conocimiento más profundo, exacto y al mismo tiempo, sutil.