Luego de mi experiencia como profesora de español, veo claramente los prejucicios que tenemos los nativos hispánicos de latinoamérica, sobre todo en Chile, en torno al español de España y las variantes del castellano.
Es increible y preocupante como varios alumnos y como el área académica desacredita nuestras variantes del español y sus acentos. Con las justificaciones de un "español puro" o un español "correcto".
Sin embargo, estos prejuicios solo son valoraciones de acuerdo a nuestra historia. Como paises conquistados, nos hemos visto siempre en una escala menor en cuanto a idiomas. En esa escala, en los peldaños más bajos, se encuentra el español de Chile, o como me gusta llamarlo, el chileno. Una variante del español que me permito describirlo como un idioma propio y único en nuestra familia latinoamericana.
Con nuestros modismos, nuestro acento y peculiares formas de expresarnos, como profesores de ELE, debemos esforzarnos aún más para alcanzar los estándares esperados en la Academia del Español. Neutralizar nuestra lengua y buscar enseñar el español más universal.
Esto, si bien es correcto en una mirada académica/profesional, es una costumbre que invito a los demas profesores chilenos de ELE de controlar y atrevernos a enseñar nuestra variante sin miedo. Debemos orgullecernos de nuestra cultura y nuestra historia.
Nunca dejemos el objetivo de entregarle las herramientas a nuestros alumnos para que se puedan desenvolver en los paises de habla hispana, pero dentro de la diversidad en que nos encontramos en este mundo, podemos marcar nuestra huella y demostrar que no hay un español "perfecto", sino que existen reglas universales que nos pueden abrir las puertas a muchos paises ricos en cultura, en costumbres, en acentos y modismos.
En chile no se habla mal el español, hablamos chileno, una variante del español!