La música es un lenguaje, y la aprenderemos como lo ha hecho el ser humano ancestralmente: imitando y perfeccionando a través de la práctica y repetición guiadas.

Mi metodología va de la mano con el progresivo entrenamiento del oído del alumno, mientras revisamos sus aptitudes musicales desde cinco puntos de vista: rítmica, afinación, armonía, melodía y groove.

El alumno aprenderá a reconocer diferentes patrones rítmicos y estructuras armónicas, y logrará aplicarlos al bajo eléctrico.

La escritura y lectura de música no son indispensables, pero serán introducidas y reforzadas a medida que se avanza en las sesiones, en dos niveles:

Identificación y memorización musical de estructuras armónicas a través de la notación de acordes.

Ejercicios específicos en el pentagrama en Clave de Fa para rítmica y melodías.

Revisaremos diferentes géneros musicales para aprender qué hace a cada uno único y cómo el bajo eléctrico participa en él.