Aprender y dominar el género de la Acuarela es siempre una aventura, porque cada pintor tiene que descubrir, dentro de este complejo estilo, cuál es el resultado que se conjuga mejor con sus deseos y expectativas. En mis clases trato de apoyar esa búsqueda, mostrando muchas metas a las que se puede llegar tras cerrar ese laberinto de color llamado acuarela. Con eso, concluimos una premisa crucial...
Aprender y dominar el género de la Acuarela es siempre una aventura, porque cada pintor tiene que descubrir, dentro de este complejo estilo, cuál es el resultado que se conjuga mejor con sus deseos y expectativas. En mis clases trato de apoyar esa búsqueda, mostrando muchas metas a las que se puede llegar tras cerrar ese laberinto de color llamado acuarela. Con eso, concluimos una premisa crucial: ¿Cómo quiere pintar el alumno? ¿Cómo quiere que se vea su acuarela una vez terminada? Y, ya con un resultado imaginario como meta, voy paso a paso mostrando el camino que el agua y el pigmento debe recorrer. La paleta, las cantidades, el valor, la composición, se deciden de acuerdo a ese importante ítem: el tipo de acuarela al que el alumno desea llegar. Todo esto en un ambiente de alegría y buena onda; nada estructurado, nada dogmático, comprendiendo desde siempre que aprender acuarela es aprender a pintar pasándolo bien.