Llevo aproximadamente 8 años con el cello, al cual he dedicado la mayor cantidad de mi tiempo y es mi pasión. Creo que la música es un lenguaje universal que se aprende tal como se desarrolla cualquier habilidad, con paciencia, mucho cariño y motivación. Todos podemos aprender música, el verdadero y gran desafío es enfrentarnos a nosotros mismos, nuestras inseguridades y frustraciones y la seria...
Llevo aproximadamente 8 años con el cello, al cual he dedicado la mayor cantidad de mi tiempo y es mi pasión. Creo que la música es un lenguaje universal que se aprende tal como se desarrolla cualquier habilidad, con paciencia, mucho cariño y motivación. Todos podemos aprender música, el verdadero y gran desafío es enfrentarnos a nosotros mismos, nuestras inseguridades y frustraciones y la seria labor que es comunicar a través del arte.
Al mirar los ojos curiosos de una persona que nunca ha escuchado un instrumento como el violoncello o al mirar las caras del público feliz con la presentación que diste, entiendes realmente el regalo que es transmitir emociones y música. Es un camino arduo y laborioso, pero con infinitas recompensas que te otorga a lo largo de la vida, si le das el suficiente tiempo y dedicación. Enseñar me ha abierto la puerta a mundos distintos de otras personas y considero eso un regalo muy valioso ya que cada uno puede aportarme mucho también. Cada persona es distinta y requiere diferentes tipos de métodos para llegar a un mismo fin, la educación es dinámica y evoluciona conforme van pasando los años y surgen nuevas necesidades en la sociedad. No podemos continuar enseñando como se enseñaba hace 50 años atrás; la técnica va evolucionando, las interpretaciones se van enriqueciendo y las personas van cambiando. Creo que podemos regalar mucho a la sociedad desde nuestras aptitudes artísticas y nuestras propias vivencias retratadas en la interpretación, que se colman de experiencia cada año que pasa.