El Yoga y la Meditación no son únicamente prácticas para hacer en una esterilla o en un momento "especial" del día, si bien ésto es muy favorable. Cuando sales de la esterilla para ir a trabajar, te encuentras con otras personas, semáforos en rojo, una larga cola en el supermercado....¿Qué ocurre dentro de tí? Desde mi punto de vista, la verdadera riqueza de éstas prácticas está en poder extenderlas a nuestro día a día. Te propongo una serie de ejercicios que a lo largo del día, pueden aportarte calma y tranquilidad, sin interferir demasiado en tus tareas cotidianas. De hecho, más bien se trata de hacer algunas de esas actividades de una manera diferente.
Caminar
Si durante el día sueles dar un paseo, quizás para ir al trabajo o cuando regresas de éste, puedes aprovechar ese momento para practicar la atención plena. Se trata simplemente de que te concentres en esas sensaciones que a menudo obvias, como los pies tocando el suelo y el sol o el viento contra tu piel. Céntrate en tu respiración y focalízate en lo que está sucediendo en tu cuerpo. Se trata de desarrollar una atención relajada, no sobre el entorno sino sobre nosotros mismos.
Comer
Mientras comes, también puedes practicar la atención plena. De hecho, no sólo te lo agradecerá tu equilibrio psicológico sino también tu salud digestiva. Lo usual es que comas con prisas o sin prestar demasiada atención a los alimentos. Sin embargo, intenta degustar ese primer bocado de comida, presta atención a los colores, los olores, los sabores y las texturas, experimenta las sensaciones de esta práctica. Mira la comida, disfruta sus colores y aroma. Nota cómo el cuerpo reacciona ante estos estímulos. Reencontrarás el placer de comer y te sentirás saciado mucho antes.
Escuchar
Dedica al menos cinco minutos al día a escuchar de forma activa. Tómate una pausa y escucha todos los sonidos provenientes de tu entorno. Si vives en una ciudad, es probable que escuches sirenas, coches, perros, gente hablando. No obstante, lo importante es que escuches sin juzgar, sin pensar que se trata de sonidos que te incomodan, escucha como si se tratase de una sinfonía o el grupo de música que más te gusta. Otra alternativa consiste en ponerte los audífonos y escuchar una canción, pero sin juzgar, simplemente disfrutando las notas y las letras. Descubrirás que el mundo se percibe de otra manera.
Respirar
Respiramos para vivir, pero se trata de una función que realizamos de manera automática. De hecho, a menudo no respiramos bien sino de manera incompleta, por lo que no utilizamos plenamente nuestro sistema respiratorio. Por eso, puedes tomarte cinco minutos del día para respirar profundamente. Puedes elegir ese momento en el que te sientes más estresado, enfadado o irritable. Toma lentamente el aire por la nariz, siente como se mueve el tórax, reten el aire durante algunos segundos y luego expúlsalo, muy lentamente, por la nariz nuevamente, a la vez siente y piensa solo en la respiración. Cuando salgas de la respiración consciente, tendrás más energías y te sentirás más tranquilo.