Estoy convencido de que la relación entre profesor y alumno triunfe solo son necesarias dos cosas
- La habilidad de encontrar la información que necesitas. Saber que preguntas debes hacerte.
- La capacidad para discernir respuestas.
Con esto me refiero tanto a una parte como a otra. ¿Por qué necesitas un profesor? ¿Por qué quieres tener alumnos? ¿Eres tu quien quiere clases o es tu familia? ¿Pretendes crear una red de alumnos y hacer un negocio próspero y duradero? ¿Te basta con un par de niños para pagarte la cerveza del fin de semana?
En cualquier caso, una mala a respuesta a cualquiera de estas preguntas, puede llevar a que la relación profesor-alumna sea corta o duradera.
Si algo he aprendido en mis años como docente, es que la edad de los alumnos cambia por completo la labor del profesor.
MISMA ASIGNATURA, DIFERENTES EDADES
Gracias a tu formación, es posible que domines la materia a todos los niveles. Sin embargo, esto no aumenta tu abanico de posibilidades. Al contrario de la opinión popular, los "todistas" no tienen un mercado más grande.
Para mí, por ejemplo, que soy matemático, se podría pensar que es mucho más sencillo enseñar sumas y restas que enseñar geometría diferencial clásica. Pero no entiendo el porqué de este razonamiento. Mi carrera no tiene en un su plan de estudios ni una sola asignatura de didáctica.
Cuando empezaba pensé que si me dirigía a todos los públicos ganaría más dinero. Pero no fue así. Venían pocos alumnos. Algunos anulaban el acuerdo a las pocas clases de haber empezado. No me recomendaban a sus amigos, por lo que gastaba mucho tiempo y dinero en publicidad.
Y lo que es peor. Las clases se me hacían largas, pesadas y aburridas. No lo disfrutaba en absoluto. Sabía que lo que yo explicaba era correcto, pero no me hacían caso. A duras penas aprovechaban el 20% del tiempo.
El proceder en las clases cuando se trata con un niño pequeño es totalmente distinto al de las clases con adolescentes, que a su vez es distinto a las clases universitarias, que a su vez es distinto en las clases para adultos.
¿SOLUCIÓN? ZAPATERO, A TUS ZAPATOS
Lo que estaba haciendo mal era el meterme a torear sin saber. Un matemático es un matemático, un biólogo es un biólogo y profesor de inglés es un profesor de inglés. Un profesor. Un profesor infantil es una cosa totalmente diferente a las que acabo de nombrar. Y, lo más impórtate, un educador y un profesor son cosas totalmente diferentes, aunque tendamos a meterlo todo en el mismo saco.
Yo no sé cómo se le debe hablar a un niño para que te preste atención, al igual que no sé cómo lidiar con un adolescente que me busca obligado por su padre para que suba las notas. Pero no te equivoques, de cara a quien te paga, es decir, sus padres, la culpa del suspenso siempre va a ser tuya.
Visto lo visto, tome la decisión hace años de cortar la frontera en la mayoría de edad y centrarme solo en los universitarios. Esto me trajo una serie de ventajas sorprendentes.
- Nunca o casi nunca había alumnos descontentos.
- Yo daba las clases menos tenso, lo que desembocaba en una mayor calidad.
- Cada alumno era una boca más hablando bien de mí a su círculo.
- Estos rumores crecían, me venía más gente, ganaba más.
Esa restricción fue precisamente lo que me llevo a despegar. Los propios universitarios empezaron a buscarme sin intermediación de su familia. Ellos son quienes querían aprobar y venían a mis clases con una dinámica diferente. En una ocasión una alumna llego a confesarme que la persona que le había dado mi número lo había hecho con la frase "este chico hace milagros". ¿Os podéis imaginar el subidón que da a un profesor enterarse de eso?
Realmente el milagro lo hacían ellos, pues su interés y su positividad me convertían en una persona distinta y ese cambio se notaba en las lecciones.
LAS 5 AREAS DE MEJORA SUSCEPTIBLES AL FILTRAR A TU PÚBLICO
Las deficiencias de nuestras instituciones de enseñanza no son ningún secreto. Puede que seguir sus normas nos abra la puerta de una entrevista de trabajo o nos ayude a cumplir los requisitos para una oposición. Pero no nos equivoquemos, no salimos preparados para el mundo real. No conozco una sola persona que se atreva a negar que ha aprendido más en su primer mes trabajando que en toda una vida estudiando.
Este tema daría para muchas entradas y largos debates. En un esfuerzo por generalizar, he resumido los aspectos en los que, colegios, institutos o academias deberían trabajar para cambiar el rumbo.
- Tranquilidad.
- Incentivo sensitivo.
- Entender antes de estudiar.
- Relevancia.
- Ilustración involuntaria.
Cuando era un "profesor para todos los públicos" me era imposible transmitir ninguna de las cinco. En todos los centros donde he sido alumno han sido incapaces de transmitirme ninguna de las cinco.
Desde que soy profesor de universitarios y cursos en empresas considero que transmito las cinco y, aunque lo que enseño no ha cambiado, los resultados son muchos mejores. Ha sido el típico caso en el que menos ha sido más. Menos abanico de alumnos a los que dirigirme ha supuesto más éxito.
Si te ha gustado este tema y quieres entender mejor a que me refiero, tratare de desarrollar debidamente los cinco puntos en mi siguiente entrada.
Si has llegado hasta aquí, muchísimas gracias por haberme leído. Te aseguro que me encantara leer tus opiniones y comentarios.