¿Por qué fracasa nuestro sistema educativo?

Año tras año, España ocupa los últimos puestos en el informe PISA. Nuestros maestros y estudiantes son las principales víctimas de un sistema mal diseñado, variable y sobre todo, ideologizado según quién gobierne.

Desde mi humilde y subjetivo punto de vista, el camino pasa por la creatividad y el aprendizaje mediante la experiencia; reducir las ratios en lugar de aumentarlas sin techo y por supuesto, dar un impulso verdadero a la educación emocional. Cualquier ser humano está condicionado por su entorno, su estado de ánimo y sus capacidades, si no aprendemos a manejar nuestras emociones, nuestras emociones de apoderarán de nosotros.

Llevo años trabajando como profesora de apoyo y el 90% de los adolescentes que han pasado por mi aula saben perfectamente quiénes son los componentes de la Generación del 27, pero ninguno ha leído un poema de Alberti. A ninguno de ellos se les ha permitido emocionarse con una obra de Lorca.

Para que nuestros jóvenes aprendan sobre Literatura, no podemos oblegarles a memorizar fechas y nombres. Nuestro deber es invitarles a que se emocionen leyendo. Acercarles nuestra Historia, dejarles que saquen sus propias conclusiones y acompañarles miestras contruyen su conciencia crítica desde el respeto y el amor.

Debemos dejar de infantilizar a nuestros niños, nuestros niños son nuestro patrimonio. Son los que dentro de veinte años, decidirán el rumbo de nuestro país. Nosotros, los que habitamos el reino de los adultos, podemos o no estar de acuerdo con ellos, pero si les respetamos y les damos el lugar que merecen, ellos harán lo propio el día de mañana.

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