Mis alumnos llegan a clase casi siempre con las mismas dudas, muy sumergidos en su cabeza y sus pensamientos: ¿estoy haciéndolo bien? ¿qué es correcto y qué no lo es?
Aprender a cantar es un proceso complejo que lleva años, porque implica la práctica de la musculatura del aparato fonador más la coherencia entre los estímulos que intento potenciar y el resultado deseado. Muchas de las sensaciones que percibo cuando canto son sutilezas, y simplemente debo confiar que más adelante saldrá el sonido que quiero.
Adicionalmente, es importante que aprendamos a confiar en el sonido que ya tenemos, para ello, siempre recomiendo la herramienta de grabar las clases, o grabarte a ti mismo cantando. Tú necesitas conocer y aceptar tu sonido, que no es igual al que escuchas en tu cabeza, producto de la combinación de tu oido interno y el sonido que sale al ambiente, Necesitas conocer tu voz, para aceptarla y mejorarla. Cuando nos negamos a escucharnos retrasamos la oportunidad de conocernos, al rechazar nuestra fealdad aparente, también rechazamos nuestra belleza. ¿A qué le puedo sacar provecho si no lo sé? ¿qué puedo cambiar si no lo sé?
Fundamental...
La respiración por supuesto, pero un error más común es la afinación. Pueden haber dos razones por las que no estoy cantando afinado, una es que, por explicarlo de alguna forma, no tengo registrado ese sonido en mi cerebro, mi oido no logra identificarlo, por lo que necesito hacer una temporada de "entrenamiento auditivo". Otra razón común es que no sé colocar ese sonido en mis resonadores para que salga limpio y por ello, desafino.
Y otro aspecto que también es escencial, la musicalidad. Esta cualidad viene muy ligada con la audición, como en el punto anterior. Toda la música que yo pueda registrar en mi cerebro, en todo mi ser, va a apoyar esa musicalidad, esa comunicación emocional conmigo mismo, y con el oyente. Nos olvidemos nunca que cantamos para alguien, sea para nosotros mismos, para otro, debemos siempre tener en cuenta que al cantar, damos un concierto, presentamos una propuesta emotiva, contamos una historia. ¿Para qué existen las historias? Pues sencillamente para reflejarnos, para entendernos, para conectar con otros porque esas historias son y siempre serán universales. El amor, el despecho, la alegría o la rabia, la fiesta, todo forma parte de todos. ¡Y nos encanta recordarlo! Entonces, si cantas para ti vete a ti mismo en segunda o tercera persona, y cántate con emoción, te asombrarás lo feliz que te sentirás de haberlo hecho.
¿Cuál es el mejor método? el que te haga sentir bien, el que puedas mantener en el tiempo,el que te ayude a cantar de forma saludable y que te apoye a expresar tu ser a través de la música y del canto. Esto es lo más importante, lo demás viene por añadidura
Quiero regalarte esta infografía divertida y colorida porque para mí eso es cantar, ¡divertirse!