La calidad, la dirección de la luz y el punto de vista son herramientas fundamentales para dar carácter y presencia, acentuar determinados aspectos y descubrir nuevas formas y detalles de los objetos.
Esto lo observamos en las fachadas de los edificios al observarlos en distintos momentos del día. El edificio transmite otras sensaciones y sus formas y su volumen lo percibimos de diferente manera. Esas variaciones nos hablan de una luz que puede ser dura, con marcadas y espesas sombras o una luz suave en donde las transiciones tonales son muy graduales.
Como la fotografía reproduce imágenes en dos dimensiones, el papel de la luz es fundamental a la hora de descubrir las cualidades de los objetos como son el volumen, la textura, el color, el ritmo, la línea y la forma.
Control de la iluminación
Mostraremos tres esquemas de iluminación que exploran diferentes aspectos de un objeto. Elegiremos fuentes duras de luz (para la iluminación puntual) y cajas de luz que tienen una luz más suave (para la iluminación general y lateral)
Esquema de iluminación general
Una iluminación compuesta por dos cajas de luz emiten una luz suave y ubicadas a 45º equidistantes del objeto nos permiten revelar los detalles y las sutilezas del elemento fotografiado. La luz no tiene protagonismo porque nos dirige y permite concentrarnos en observar el objeto. Como sucede con el buen diseño, existe pero no nos damos cuenta que está.
Esquema de iluminación lateral
La iluminación lateral realizada con una caja de luz, imita la luz de una ventana, permite destacar especialmente la textura del objeto, visibilizando las cualidades táctiles, muy útil para diferenciar los materiales y acentúa también su volumen. Esta luz revela el carácter de un objeto.
Esquema de iluminación puntual
Una luz mucho más dura, puntual y directa sobre una zona del objeto crea una atmósfera especial, cierta intimidad, mucho más contraste e intensidad y destaca otras formas y detalles específicos del objeto.