Como ya vimos el viernes, el guión que se utiliza para los diálogos es el Guión Largo (—) o también llamado Raya y también algunos tips para encontrarlo rápidamente en nuestros teclados. Y tiene dos usos primarios. Al principio de la intervención de cada personaje, distinguiéndolos entre sí, y siempre junto a la primera letra o signo, sin espacio. Además, se utiliza para delimitar las acotaciones del narrador (sin importar el tipo de persona).
Ejemplos correctos:
—Me encantaría acompañarte —dijo Luis.
—¿Estás seguro? —preguntó Elsa.
Ejemplo Incorrecto:
— ¿Estás seguro?— preguntó Elsa.
Como se muestra en los ejemplos, en los comentarios del narrador el guión está junto a las acotaciones y no a la intervención del diálogo en sí.
Para el caso de los signos de exclamación e interrogación al principio de las líneas de diálogo, por defecto a veces Word lo marca como un error gramatical; mi consejo es que reformulen esa regla desde las opciones para que no les aparezca en verde todo el tiempo. También pueden quitar la opción de que revise la ortografía y la gramática.
Normativas lingüísticas y gramaticales con ejemplos:
1. Nunca se escribe guión de cierre si el personaje no continúa interviniendo.
Ejemplo correcto:
—Me encantaría acompañarte —dijo Luis. A Elsa le sorprendió la idea.
Ejemplo incorrecto:
—Me encantaría acompañarte —dijo Luis—.
2. Se utilizan los dos guiones (tanto de apertura como de cierre) si el personaje sigue hablando después del narrador.
Ejemplo:
—Me encantaría acompañarte —dijo Luis—. Hace mucho tiempo que no estamos solos.
Recuerden que los guiones dentro de la línea de diálogo siempre van junto al comentario del narrador, sin espacios.
VERBOS DICENDI
Abro un paréntesis para explicar un poquito qué son los verbos dicendi y porqué es importante tenerlos en cuenta a la hora de preparar diálogos. También llamados verbos de comunicación, son verbos declarativos, que designan acciones comunicativas, expresan reflexiones o pensamientos, emociones, creencias y para introducir un parlamento, ya sea en estilo directo o indirecto. Encontramos varios ejemplos bastante comunes y más usados en los diálogos, como: preguntar, decir, exclamar, contestar, añadir, pensar, etc., en sus formas conjugadas. A continuación, ejemplificaré para explicar cómo estos verbos condicionan la ortografía y la gramática en un diálogo:
—¡Me encanta estar contigo! —exclamó Luis.
—No te creo cuando lo dices… —argumentó Elsa.
—¿Por qué no me crees? —preguntó Luis.
—Porque nunca dices la verdad —explicó Elsa.
Como ven, el comentario del narrador comienza en minúscula, pese a estar precedido de signos exclamativos o interrogativos o puntos suspensivos, por lo cual estos signos de puntuación se colocan antes del guión largo. Hay otros casos, como el punto, la coma, el punto y coma y los dos puntos, que se colocan posteriormente al guión de cierre.
—Te lo dije cuando nos conocimos —dijo él con seriedad—: siempre digo la verdad.
—Eso no quiere decir que te crea —expresó Elsa con desconfianza—. Tengo que pensarlo.
—Está bien —comentó Luis—, te daré tiempo.
También lleva minúscula el inciso posterior a la interrupción de un diálogo por el narrador, aun cuando la palabra que siguiera no fuera un verbo dicendi.
—¡Ahora me voy —se levantó del asiento— y no me verás nunca más!
No obstante, cuando la intervención del narrador no comienza con un verbo dicendi, lo que diga el personaje se cierra con un punto mientras que dicha intervención comenzará en mayúscula.
—Como quieras. —Se encendió un cigarrillo.
Estas dos últimas formas, bajo mi experiencia como editora, recomiendo usarlas muy poco, solo cuando sea realmente importante para la acción, ya que las interrupciones en los diálogos pueden cortar el hilo del diálogo, y cansar o distraer al lector.
Estas son pequeñas ayudas para la correcta estructura de un diálogo. Más adelante veremos tips para hacerlos más realistas y dinámicos.
¡Nos vemos en la próxima!