Es un hecho innegable que la irrupción de las nuevas tecnologías afectaron la vida y desarrollo de las personas. Esto se marca más en las generaciones jóvenes que se encuentran en las etapas de descubrimiento de habilidades y capacidades, permeables a adquirir saberes.
Son estas mismas tecnologías las que plantean rupturas con los métodos tradicionales de lectura y llegada a los autores, porque ellas permiten vincular la lectura con diferentes archivos multimedia que cambian la tradicional hoja de papel con un velador alumbrando. También, se crearon múltiples plataformas, canales y mecanismos para acceder a libros; a pesar de esto, la adaptación de las generaciones mayores no se mueve al mismo ritmo.
Aún más notorio se vuelve la permanencia de mecanismos tradicionales educativos, por no decir arcaicos. No motivan las lecturas, no crean hábitos, amores o desamores, pasiones por los libros; porque dejan afuera la realidad en la que viven cotidianamente inmersos los adolescentes y jóvenes.
Dentro de las nuevas formas de transmitir el placer por la lectura, podemos ubicar a los referentes contemporáneos, como los booktubers. Estos acercan sus vivencias por canales no tradicionales y llegarán así a un público con otro tipo de pautas de exigencia. El dinamismo y las lecturas ágiles serán algunos de los requisitos para cumplir con los deseos y expectativas de los lectores más jóvenes.
En conclusión, debo remarcar la importancia de ver toda la realidad que tenemos por delante, no pelearnos con ella. Hacer de las nuevas tecnologías y los nuevos referentes, aliados y no enemigos en esta carrera por fomentar y transmitirle a los más jóvenes el placer por la lectura. Respaldarnos en todas las opciones que existen para conseguir de a poco pequeños logros con miras claras de los objetivos a cumplir.