El debate de siempre: ¿deberes sí o deberes no?
Bajo mi punto de vista, los deberes son necesarios siempre que se utilicen correctamente. No estoy a favor de la saturación de ejercicios, algo monótono y estresante que ya me tocó vivir como estudiante y que no apoyo en absoluto. Además, muchos profesores no tienen en cuenta que los pequeños no tienen sólo su asignatura, sino muchas más, por lo que la montaña de deberes va en aumento y los pobres muchas veces no tienen tiempo para ser niños.
Para mí, los deberes tienen que servir para que los alumnos refuercen lo aprendido en clase o amplíen sus conocimientos. ¿Esto que quiere decir? Que se pueden repasar conceptos o información recibida en clase mediante juegos como sopas de letras, crucigramas, ahorcados, tres en raya, trivial, la oca, etc. Juegos divertidos que se pueden disfrutar en familia, con lo que el niño no sólo va aprendiendo y disfrutando del juego sin apenas darse cuenta, sino que también se va desarrollando un vínculo al compartir tiempo con la familia, que quizás hoy en día es más difícil de conseguir. Las nuevas tecnologías serán una gran fuente de motivación y despertarán la curiosidad por aprender más, a través de un medio que probablemente no utilizan tanto en clase. Ofrecerles un soporte distinto y el gusto por aprender cosas nuevas, supondrá que el pequeño abra su mente a nuevas oportunidades.
Por todo ello, concluyo defendiendo la idea de que los deberes no deberían ser suprimidos, pero sí cambiar la idea de deberes que se tiene desde años atrás. No por más ejercicios que el niño haga, aprenderá más y mejor, sino que debemos adecuarnos a sus necesidades y apoyarnos en la motivación para que él pueda potenciar sus capacidades y aumenten sus posibilidades de acción.