Un fortísimo abrazo deportivo y saludable.
Empecemos comentando sobre mi deseo de abrir el análisis, muy intenso que permita generar posteriormente mayores encuentros de intercambio de ideas, desde el punto de lo que hoy debemos volver a retomar y valorar; es el llamado capital social que en general un análisis bajo las teorías diversas de los elementos que sobresalen o al verlos sistémicamente.
Estamos en un tiempo importante, donde revaloramos y refundamos ciertos aspectos y formas de asumir nuestra naturaleza humana.
Así que tras la observación y participación personal en diferentes experiencias de este tipo llego a conclusiones como lo son: ¿Cómo hacer qué los asistentes participan voluntariamente en estos programas pese a los problemas?, ¿Por qué vienen muchos jóvenes a los temas más sociales y a entrenar, y si estos programas no tienen la proyección deportiva que puedan tener los grupos más profesionales? Por ello, debe incluirse este llamado proceso del cuál son los contrarios, solamente aspectos diferentes de la misma cosa, o lo que muchos entienden sencillamente por la lucha de contrario u opuestos: Algunos fragmentos de Heráclito de Éfeso pueden hacernos ver ello. Para ver lo antiguo del relato. Que son casi desde el inicio de nuestra aparición como sociedades antigua o culturas antiguas.
Más allá de que nos encontremos frente a ellos con aparentes contradicciones, en especial con el arco que sería una representación de lo Apolíneo o de la norma a seguir. Las afirmaciones del “malestar de la Cultura” de Sigmund Freud y los aportes de Huizinga en su homo ludens (hombre lúdico o que juega), nos advierten que las esferas menos rígidas y donde la espontaneidad y la entropía (tendencia al desorden, romper la singularidad) abunda por momentos y de formas aparentemente controladas.
Son esas válvulas de escape necesarias para no ser Chernóbil, o en otra imagen evocando a Mundo Jurásico; la tradición son esos fósiles que no viven, y nuestra vuelta de los saurios gigantes a la vida es gracias a la ingeniería genética; sin embargo, la religión como todo fósil que es reanimado, corre el riesgo si sus leyes naturales, los sujetos y la apretura de nuevas tradiciones; al no tomarse en cuenta cada campo en su real dimensión, terminemos creando abominaciones sociales o neguemos como productos a todo lo positivo e imperfecto de estas convergencias; para la fabricación del perfecto monstruo depredador casi indestructible y que nos dé el golpe de gracia.
El nivel pedagógico como superación y nivelación de los planteamientos que antiguamente hacían los preceptores y filósofos. Hemos tenido ocasión de presentar a la gran figura de Sócrates en el tratamiento de la «syneidesis» (proceso de Sócrates por hallar un planteamiento que nos despertara de nuestras áreas de confort), que como se ha podido ver es un saber íntimo de sí mismo, por lo tanto, metafísico y no psicológico. Por otro lado, veíamos como la misión de Sócrates se convierte en la delicada tarea de todo ser humano que busca la «sophia», es decir de todo los «sophos», que es en el fondo la definición de «philosophos».
Por eso y más, no perdamos la curiosidad de lo cotidiano. Sino habremos perdido cotideanamente el vivir humanamente.