Cuando empiezas a opositar, tu vida pasa a ser muy distinta, ya que te embarcas en algo que requiere mucho tiempo y energía con una meta que suele estar distante. Además, es muy difícil encontrar comprensión en personas que no hayan pasado por lo mismo.
¿Necesitas un buen preparador para las oposiciones?
Por otro lado, tenemos el esfuerzo de seguir y no tirar la toalla, siendo, por tanto, una carrera de fondo. Debido a ello, se debe ser recto en tu día a día cumpliendo tu horario, pero has de ir progresivamente. Los ritmos de cada persona son diferentes y no hay que auto exigirse plazos más allá de los que nos imponga el ministerio o la consejería que la convoque.
Permítete descubrir el tuyo y trabajarte para ir incrementando paulatinamente la carga de trabajo. Lo que al principio es incómodo, a base de repetirlo, se convierte en un hábito que no resulta difícil desarrollar, pues se transforma en normalidad.
Habrá momentos duros, por ello recomiendo que tu ocio se base en cosas agradables, ya sea ver películas, series o libros pero que sean de humor, ante todo evita el drama y complementa con actividades al aire libre si es posible o que requieran un mínimo de ejercicio físico, compensará el esfuerzo mental.
El estado anímico es tan importante como la preparación, cuídate y mímate. La presión a la que te ves sometido pueden afectar al ánimo o aumentar tu sensibilidad, pero si a tu cerebro lo alimentas con alegría, tendrás buena parte del trabajo hecho. Apóyate en la familia, amistades, compañeros, profesores y preparadores, te ayudarán a sobrellevar el estrés.
Por mucho que cumplas todo lo anterior, no hay que olvidar que la suerte también es un factor importante. Puedes haber hecho lo que estaba en tu mano y, a pesar de ello, no conseguirlo.
Aunque creas que es porque no has puesto todo tu empeño, descubrirás que nadie es infalible, has dado lo que tu cuerpo y mente te han permitido en cada momento, y eso es mucho. La frustación es grande, sacar fuerzas después es muy complicado porque te invade una sensación similar a la culpa, aunque no obedece a la realidad.
En estos casos, aconsejo una vuelta gradual, empezar con temario más ligero e ir aumentando poco a poco las horas de estudio. Asimismo, el parón no ha de ser demasiado prolongado para poder reconectar más fácil y rápido, no perdiendo el entrenamiento que ya llevábamos. No olvides que todo lo que asimiles es útil de cara a la experiencia, el esfuerzo es una inversión futura: facilita la disciplina y la rutina.
Durante el proceso, habrá épocas mejores y otras peores, siendo el compañero más fiel de este viaje la soledad: estarás mucho contigo mismo. Esto es un aprendizaje. El autoconocimiento es el primer paso hacia la mejora.
Habiendo vivido todo esto, al estudiante u opositor no sólo le instruyo en las técnicas necesarias para estudiar, organizarse o a comprender y asimilar la materia jurídica, sino que le ofrezco mi mano para que el camino sea más llevadero y menos frío.