Segùn la economìa, ante el principio de escacez de acuerdo al cual esta se desarolla, cada uno de nosotros se acerca a la felicidad, bàsicamente a traves la sastisfacciòn de nuestras ganas de consumir.
Consumimos y, por tanto, nos acercamos a la felicidad. Para consumir, asì lo ìndica la lògica, tenemos que, trabajo mediante, obtener el ingreso que serà medio para ese consumo.
Empero, las posibilidades de generar ese ingreso no son infinitas sino que son finitas, por tanto, hay que encontrarlas y, entonces, luego, desarrollarlas y pràcticarlas. Y ello en el marco de la competencia.
Estudiar como se opera con instrumentos de renta variable requiere, en principio, TENER INTERÈS en ello y, posteriormente, intentar deshacerse de prejuicios.
De todas maneras, primero viene el INTERÈS. Si no hay un interès, si no hay verdaderas ganas, serà mejor abstenerse.
En torno a los mitos de operar en bolsa, existen varios: uno de ellos, fundamental, muchas veces escuchado, indica que se gana muchìsima plata (cuantiosas sumas de dinero o bien, se pierde todo el capital invertido en cuestiòn "casi de minutos").
La realidad indica que ninguna de ambas cosas es cierta: y esa realidad que nos viene a indicar que ninguna de ambas cosas es cierta ES EL PROPIO MERCADO.
El pasado, la historia de las bolsas nos indica que, asì como no se puede desvalorizar lo invertido en un dìa en un 100% tampoco se va a duplicar el capital invertido en un solo dìa.
Excepcionalmente, en un muy mal dìa, en situaciones sumamente especiales, se puede llegar a perder un 20% de lo invertido o, contrariamente, tener una valorizaciòn del 20%.
Lo regular, lo normal, son valorizaciones y desvalorizaciones diarias en torno al 2%. Cuando, por ejemplo, en un dìa valorizamos un 5%, estamos frente a un muy bien dìa