¿Es posible tomar una clase online de guitarra? Mi respuesta: un rotundo sí. En el mundo en el que nos toca vivir, para bien o para mal todo está digitalizado, con presencia en internet y ello abre muchísimas puertas.
Si bien es cierto que toda forma de comunicación a través de una pantalla resta el carácter personal de cualquier relación, extravía ciertos detalles y elimina el contacto físico, también tiene un sinfín de posibilidades que usar en nuestro favor.
Para empezar, las clases online pueden reducir el tiempo de desplazamiento del profesor, por lo que las sesiones podrán ser más económicas y por tanto accesibles a muchos más alumnos, que además podrán atenderlas desde la comodidad de su casa. También, internet permite enseñar y aprender de personas en ubicaciones inimaginables sin esta herramienta.
En mi caso, desde Madrid he impartido lecciones de guitarra a alumnos alemanes, mallorquines, ingleses, onubenses y de un sinfín de lugares a cientos de kilómetros de mi casa. Esta es una ventaja que no se puede dejar de lado en ningún caso.
En el aspecto más técnico de la docencia, las clases online ponen tanto al profesor como al alumno en una situación diferente a la de las clases presenciales. El alumno (especialmente si es joven) tenderá a distraerse mucho más (lo que, por otra parte es natural), por lo que el docente tendrá que buscar métodos para atraer la atención constantemente y evitar su pérdida.
Una posibilidad es trabajar unos mismos temas o técnicas de maneras diferentes, para que el alumno tenga un estímulo constante que le empuje a seguir atendiendo y le impida perder el hilo. Además, también es muy útil dar especial importancia a la participación constante del alumno, que de esta manera también mantendrá una tensión y se dará cuenta (como ocurre en muchas ocasiones) de que sabe mucho más de lo que cree.