Los problemas de conducta escolar en chile durante los últimos años han sido una dificultad inmediata, compleja y necesariamente recurrente para el sistema educativo en general. Esta situación ha sido rigurosamente estudiada en los establecimientos educacionales, sobre todo en aquellos contextos con altos índices de vulnerabilidad y serios problemas de capital sociocultural.
Son diversos los factores que pueden desencadenar los problemas conductuales escolares en los niños pequeños, quienes, pertenecientes a contextos socioculturales con altos índices de vulnerabilidad, reflejados en precarias condiciones de infraestructura, de cobertura, en cuanto a necesidades básicas y seguridad social, evidencian en la escuela conductas de agresividad, malos tratos hacia sus compañeros, desorden e intervenciones que impiden el normal funcionamiento de las clases. Estos problemas se transforman en dificultades que pueden llegar a perjudicar el éxito de los estudiantes en el rendimiento académico.
Dada la complejidad que radica hoy en día el poder desarrollar aprendizajes de calidad en las escuelas, con una mirada inclusiva y una Educación que trascienda al ser humano, es que se complejiza para los profesionales que trabajan enseñando el tener que enfrentarse a los frecuentes problemas de conducta, pues estos se convierten en barreras para el aprendizaje y la participación que suelen impedir el normal desarrollo educativo. Para la escuela, como una institución formadora y facilitadora de la enseñanza, en general, dar respuestas a estas necesidades educativas se convierte en un reto constante y complejo que requiere de un trabajo sistemático y riguroso por parte de toda la comunidad escolar.
El rol de la Educación:
La importancia de la educación tiene una explicación profunda: Gracias a ella se llega a la meta de la humanización o dicho en forma distinta; “Sin educación no hay posibilidad de llegar a ser persona humana”, en el sentido pleno de la palabra, la educación es tan antigua como el hombre y consustancial al desarrollo del género humano” (Sarramona, 2000, p.13).
La educación se convierte entonces en un proceso fundamental para el desarrollo del ser humano, en el cual, el hombre va descubriendo su propia naturaleza y esencia de su ser y va construyendo su vida, desarrollando sus habilidades en un medio en el cual constantemente se encuentra con distintas formas de vida, de las cuales va aprendiendo a adaptarse y a convivir La educación encierra en sí un tesoro que se encuentra en lo más profundo de la naturaleza humana.
La mision de la Escuela:
La escuela se convierte en el centro del aprendizaje, y refleja el modelo para la creación de conocimientos. Es aquí donde las personas construyen sus conocimientos y tienen la posibilidad de desarrollarse y prepararse como seres humanos.
Al ingresar a la Escuela, el niño tiene el desafío de vivir en un espacio diferente. Las normas son diferentes. “No puede jugar a gusto, sino que debe guardar silencio, aprender a escuchar, atender el mensaje del profesor, ejecutar ciertas tareas y desarrollar algunas actividades, cuyo sentido no siempre entiende (Bravo, Milicic, Orellana Condemarin & Chadwick, 1981, p.11).
Para los niños es un desafío el poseer la capacidad de adaptarse a este nuevo escenario escolar, con sus normas y reglas particulares que deben cumplir y llevar a cabo de una forma óptima que en vez de perjudicarles les beneficie y no les creé problemas en su vida diaria. Este desafío les invita a descubrir su identidad y potenciar sus habilidades. La escuela entonces, como estructura funcional, les brinda un espacio de participación y un proceso educativo diverso y potenciador de dichas habilidades para que puedan desarrollarse.
El rol de la familia:
La familia tiene un rol importante en el desarrollo de los niños desde la etapa preescolar hacia la etapa escolar. Es un periodo sensible, el cual requiere atención de parte de los padres hacia sus hijos, sobre todo en las conductas frente a los estímulos del medio a las que ellos se ven expuestos. En esta etapa, la importancia de la presencia de un adulto es relevante para un niño, pues el monitoreo, el acompañamiento y la seguridad desde el hogar brindan un desempeño y un desarrollo escolar mucho más efectivo que si no se evidenciara como tal.
Según Maturana (1990)
“Se hace necesario que los padres y madres estén presentes en la formación continua de su hijo o hija, mediante la participación directa con los quehaceres de su hijo, participando en diversas actividades, ya sea colegial como extra programática, que fomenten la participación, que fomenten el buen desarrollo social emocional, bajo la filosofía del amor. En la infancia, el niño vive el mundo en que se funda la posibilidad de convertirse en un ser capaz de aceptar y respetar al otro, desde la aceptación y el respeto de si mismo. En la juventud se prueba la validez de ese mundo propuesto en la infancia” (p.33).
El problema en el contexto:
Los niños al ingresar al sistema escolar comienzan una etapa de adaptación a un espacio físico el cual es totalmente diferente en el cual vivieron los primeros años de su desarrollo. La escuela como institución con normas y valores presenta a los niños un conjunto de reglas de las cuales estos tienen que adaptarse y aprender a convivir.
Según Diaz (2010) “en línea”:
Al referirse a problemas de conducta escolar en los niños es importante destacar la relación que tienen estos con sus demás compañeros. Se pueden entender los problemas conductuales en la sala de clase como aquellas dificultades que provienen de niños que no logran controlar su conducta, evidenciando rabietas frecuentes, crisis de agresividad que involucran a profesores y otros compañeros e incluso actitudes de oposicionista desafiante. Estas dificultades pueden impedir el normal desarrollo de la convivencia en la sala de clases, el logro de los objetivos propuestos por los profesores y el rendimiento de los niños. Por lo general, son niños con rabietas frecuentes e incontrolables que causan ambientes poco gratos para ellos y su familia o entorno cercano. Las conductas suelen ser explosivas con agresividad, siendo en ocasiones imposible el control por parte de los padres y educadores.
Generalmente al ser los problemas de conducta en la sala de clases un fenómeno permanente y habitual, se transforman en una barrera para el aprendizaje y la participación de los estudiantes, lo que evidentemente puede llegar a repercutir de forma negativa en el desarrollo personal y afectivo del estudiante, en las relaciones interpersonales y en su proceso de aprendizaje.
Frente a una dificultad recurrente y compleja como lo son los problemas conductuales cabe destacar la importancia del trabajo que realizan los profesores y la familia frente a estos fenómenos, sobre todo en los primeros años del desarrollo de los niños, periodo en el cual se encuentran más sensibles a los estímulos del medio, además de encontrarse en una etapa de adaptación a nuevas experiencias
El rendimiento escolar:
El rendimiento académico generalmente es evaluado. Se puede medir a través de las calificaciones escolares, o en términos de bien y mal. Se tiene que considerar que el rendimiento académico además de que es un tipo de medición también intervienen otras variables que influyen en este como el nivel intelectual, personalidad, (extraversión, introversión, ansiedad etc.) y aspectos motivacionales, así como nivel de escolaridad, sexo y actitudes.
En general, cabe destacar que en el rendimiento académico influyen determinados factores que incluyen a la familia inmediata, el entorno sociocultural, la comunidad escolar, etc. Estos elementos tienen relación con los resultados que obtienen los niños en la escuela, pues se desarrollan y se manifiestan en un medio físico el cual en cierta medida los va afianzando, determinando y caracterizando a través del tiempo.
Conclusiones:
Los niños al vivir la etapa de transición de la educación preescolar a la educación primaria, se ven enfrentados a un espacio que les ofrece distintos estímulos. Este nuevo periodo además les presenta distintas normas de convivencia de las cuales tienen que aprender a adaptarse y saber convivir. El apoyo familiar y educacional en este periodo es fundamental para desarrollar niños seguros de sí mismos y con habilidades para enfrentar todo este proceso de transición.
La familia y el contexto en el que se desenvuelven los estudiantes son de vital importancia. Mientras sea un lugar que los acoge, que les brinda afecto, comunicación y respeto, los niños se adaptaran mejor a las exigencias del desarrollo. Tendrán la capacidad de aprender a convivir con sus pares y a compartir sus emociones.
Los problemas conductuales suelen ser un desafío para las escuelas y para el sistema en general, pues se convierten en dificultades para los profesionales que trabajan con niños y jóvenes. Parece ser que estas dificultades se presentan en mayor medida en aquellos contextos donde existen altos índices de vulnerabilidad. Tanto familias como profesores, padres y apoderados suelen tener dificultades para tratar a estos niños lo cuales presentan serios problemas para convivir y desempeñar de una manera adecuada su aprendizaje.
Las consecuencias que generan los problemas conductuales en el desarrollo humano y educativo de los niños es digno de analizar. Si es un problema recurrente en una era hiperestimulada, globalizada y a su vez de desigualdades a nivel sociocultural es que es necesaria una política pública que se preocupe de diseñar planes de intervención que trabajen desde lo conductual, de manera que si hay niños que presentan dificultades conductuales en su desarrollo educacional sea prudente la ejecución de un método para apoyarlo en su proceso académico.
Sugerencias:
A modo de sugerencia es relevante agregar que se hace necesario un trabajo sistemático y compartido con la familia de los estudiantes que presentan dificultades conductuales en la escuela a objeto de propiciar mejoras de la conducta escolar desde el hogar, favoreciendo el desarrollo humano y desarrollo educacional de los niños.
Por otra parte es importante constituir un grupo de especialistas que intervengan en esta área, específicamente en la escuela con el propósito de vincular el trabajo familiar con el escolar. De esta forma la intervención cobrara mayor relevancia y trascendencia para los efectos positivos que pudiesen tener en los estudiantes.
Por último señalar la importancia de educar desde la afectividad. Resulta trascendente para los estudiantes enseñarles a expresar sus emociones y comunicar asertivamente sus puntos de vista. Frente a los problemas conductuales esta suele ser una buena estrategia para intervenir en las escuelas desde los primeros años del desarrollo, pues mientras antes se detecten los problemas y se elaboren las soluciones a este tipo de problemas menores serán sus consecuencias en el rendimiento académico.
Referencias Bibliograficas:
Bravo, L., Condemarin, M., Chadwick, M., Milicic, N., & Orellana, E. (1981). El niño en la escuela: Problemas de conducta y rendimiento escolar. Santiago, Chile: Eds. Nueva Universidad.
Díaz, J. (2010). Problemas de conducta. Extraído el 22 de diciembre de 2015 de:
http://www.paidopsiquiatria.com/TDAH/tc.htm
Maturana, H. (1990). Emociones y lenguaje en Educación y política. Santiago, Chile: Eds. Hachette.
Sarramona, J. (2000). Teoría de la Educación: Reflexión y normativa pedagógica. Barcelona, España: Eds. Ariel.