Repetir curso en positivo

Tener que pasar por la experiencia de repetir curso puede suponer un duro momento tanto para los estudiantes como para los padres. El sentimiento de fracaso, de tener que volver a estudiar lo mismo, perder el contacto con el grupo de compañeros de clase y la sensación de quedarse atrás pueden dañar considerablemente la autoestima. Si se acaba teniendo una actitud demasiado pesimista, además de pasarlo mal, será difícil aprovechar el curso que hay que volver a hacer.

Se pueden encontrar tanto voces en contra como defensoras de la obligación de repetir curso en determinados casos, ya que supone también un elevado coste económico y puede afectar el nivel educativo. El fracaso escolar viene siendo un gran problema en España, ya que el país se encuentra en las primeras posiciones en cuanto a peores resultados.



Hablar abiertamente, sin miedos ni reproches
La obligación o necesidad de repetir curso es diferente si se da en la formación reglada o bien en clases en una institución privada, pero en todos los casos es un mal trago. Repetir porqué sí no tiene sentido e ir pasando el tiempo de las clases sin más. Hay motivos que han provocado la situación y otros que pueden justificar la conveniencia de repetir.


Cuando quien tiene que repetir es un menor, es importante hablar claramente en familia para ver qué se hizo mal (sin reprimendas ni discusiones) y tratar de ver conjuntamente cómo se puede enfrentar la situación. Será de gran ayuda hablar con los profesores y responsables del centro para recibir algunos consejos para no repetir errores y tener éxito.

En muchos casos será una tarea ardua, sobre todo en el caso de alumnos muy pasivos o muy rebeldes. En estos casos habrá que hacer un esfuerzo extra para transmitir los valores correctos y subrayar la importancia de la comunicación, así como la trascendencia de la situación en sentido positivo. Repetir ha de significar una oportunidad para demostrar que se puede ser mejor y de poder aspirar a algo más positivo en el futuro, aunque cueste verlo con claridad en el corto plazo.

Si se tiene que afrontar la repetición de un curso en la edad adulta, igualmente hay que intentar ver cuáles fueron los principales fallos (¿se faltó mucho a clase?, ¿se estudió deprisa y a última hora para los exámenes?). Si hay temas o procedimientos que no se comprendieron, conviene hablar con los responsables del curso y con los profesores que se tuvieron. Una vez se ponen quejas, problemas, aspiraciones y expectativas sobre la mesa, es más fácil no centrarse únicamente en la frustración o la tristeza de sentirse fracasado y desplazado.

No siempre se podrán encontrar con facilidad las causas concretas del fracaso. Hay múltiples factores que pueden haber afectado negativamente al rendimiento y que no son excluyentes entre sí: un entorno familiar complejo, dificultades económicas en casa, problemas emocionales, desinterés familiar por el valor de la educación, problemas de salud recurrentes, etc. Incluso puede haber algún tipo de deficiencia, como pueden ser problemas en la visión o dislexia, a los que hay que estar atentos para tener un diagnóstico temprano que los ataje cuanto antes.

Encontrar apoyo
Puede que el diálogo abierto y sincero no acabe de funcionar en algunos casos. El entorno de quien ha de repetir debe mostrarle apoyo y comprensión, evitando recriminaciones o burlas. Si fuera necesario, puede ser muy útil un poco de apoyo psicológico. No todas las situaciones acarrean el mismo grado de frustración y no todos reaccionamos a las adversidades con la misma fuerza en diferentes momentos de nuestra vida. Pese a que repetir curso pueda significar un castigo, hay que procurar ver el resultado posible, lo que se puede ganar al final.

Además de los consejos de un psicólogo, si el problema del alumno era sobre todo de falta de comprensión, malos hábitos de estudio o desinterés, asistir a clases de refuerzo de las materias en que lo precise o técnicas de estudio será una buena alternativa.

Ideas para repetir curso con una actitud positiva
Sin una actitud adecuada puede suceder que repetir curso haya sido inútil. Hay que trabajar las carencias y problemas del pasado y enfocar las clases de forma diferente. Por suerte, es posible que de un año a otro hayan cambiado muchas cosas en la vida y que incluso el alumno haya cambiado. En todo caso, el alumno necesitará tener una buena autoestima y confiar en sus posibilidades para hacer frente a los motivos que le hicieron repetir y parasuperar el curso con éxito.

  1. Tomar conciencia de la situación cuanto antes y poner énfasis en lo que se puede ganar.
  2. Pensar en construir relaciones personales diferentes, positivas desde el principio, sobre todo si se ha optado por un centro diferente o si se van a tener profesores nuevos.
  3. No confiarse pensando que todo parecerá más fácil a la segunda: esforzarse desde el principio y ver que se van obteniendo buenos resultados será una fuente de motivación. Mejor hacer borrón y cuenta nueva y dejar atrás malas dinámicas y actitudes contraproducentes.
  4. Evitar juntarse con compañeros que puedan ser una mala influencia. En la segunda oportunidad se ha de tener claro lo que se puede obtener y visualizar un futuro mejor. Si aquellos con los que el alumno se relaciona más no comparten esa visión, es posible que lo arrastren a hábitos contraproducentes.
  5. Reconocer y premiar las situaciones en que el alumno actúa correctamente desde el principio. Valorar los logros, aunque sean pequeños.
  6. Poner énfasis en lo importante que es la madurez y la responsabilidad: reconocer los propios fallos y admitir las consecuencias de nuestros actos para podernos corregir y mejorar. También como adultos es importante no olvidarse del hecho que nuestro comportamiento conlleva unas consecuencias.
Ante todo hay que pensar que cada alumno es diferente, por lo que hay que desarrollar herramientas personalizadas de apoyo y hacer un seguimiento ajustado del alumno a lo largo del curso.